Ecclesia de Eucharistia (La Iglesia vive de la Eucaristía) fue promulgada por el Papa Juan Pablo II en el año 2003. La encíclica se centra en la Eucaristía como “fuente y cumbre” de la vida cristiana y como el bien más preciado de la Iglesia. El Papa aboga por la renovación de la devoción eucarística, afirma el carácter sacrificial de la Misa y reitera la necesidad del sacerdocio ministerial y de la realidad de la sucesión apostólica. La carta se divide en seis secciones: “Misterio de la fe”, “La Eucaristía edifica la Iglesia”, “Apostolicidad de la Eucaristía y de la Iglesia”, “Eucaristía y comunión eclesial”, “Decoro de la celebración eucarística” y “En la escuela de María, «Mujer eucarística»”.