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El movimiento evangélico está en crisis. No todo lo que pasa en la iglesia es malo, pero tampoco es bueno. ¿Cómo distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Cómo afectan estos nuevos movimientos religiosos a la iglesia?
Uno de los retos más grandes que confronta la iglesia en el siglo veintiuno es aprender a discernir entre las muchas supuestas versiones del evangelio que circulan en nuestro medio. Este reto no es nuevo, ya Juan lo dijo:
“No creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si son de Dios” 1 Juan 4:1
Justo L. González, con su claridad, erudición y sencillez acostumbradas, nos presenta una serie de principios bíblicos y teológicos para distinguir entre el error y la sana doctrina. Estos principios ya fueron usados por la iglesia en diferentes momentos, especialmente cuando se enfrentó a la presencia de “nuevos evangelios”.
La invitación es a aprender a probar si el espíritu es de Dios o no lo es. Aprendamos de cómo lo hizo la iglesia en el pasado.
Justo L. González (1937). De origen cubano y residente en los Estados Unidos. Estudió en el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas (Cuba), obtuvo su doctorado en teología en la Universidad de Yale (EE.UU.). Es miembro fundador de la Asociación para la Educación Teológica Hispana, profesor visitante del Princeton Theological Seminary. Fue profesor del Seminario Evangélico de Puerto Rico y en la Candler School of Theology de Atlanta (Georgia, EE.UU.). Autor de muchos libros de historia y teología.