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Un comentario que aporta lo que no se encuentra en otros comentarios: la influencia que el contexto geográfico de cada episodio de los evangelios tiene en su interpretación. Escrito por académicos experimentados personalmente en el entorno geográfico de la vida de Jesús. Este comentario te permitirá entender aspectos de la vida y el ministerio de Jesús que sólo se comprenden cuando se entiende el lugar en donde se llevó a cabo.
“Hay seis resultados de permanecer que Jesús menciona específicamente en los versículos que vienen a continuación de la analogía de la vid y los pámpanos: (1) la oración eficaz (Juan 15:7), (2) glorificar al Padre (Juan 15:8a), (3) autenticarse uno mismo como un discípulo genuino (Juan 15:8b), (4) una confianza continua en el amor de Jesús (Juan 15:9), (5) obediencia a los mandamientos de Jesús (Juan 15:10), y (6) abundancia de gozo (Juan 15:11).” (John 15:3–11)
“Durante el período del Nuevo Testamento, sin embargo, esta deidad puede haber sido llamada con el nombre de Eshmún, el dios semítico de la sanidad. Si fue así, el Señor Jesús entró al santuario de sanidad «Betesda» (Casa de misericordia) del pagano dios semítico Eshmún. Halló un hombre que tenía una enfermedad por 38 años y le preguntó «¿Quieres ser sano?». El hombre respondió que no tenía quién lo ayudara a entrar en el estanque (los pequeños cubículos de sanidad en el santuario) cuando el agua era agitada por el ángel. Su respuesta tiene mucho más sentido si ocurrió en un santuario de sanidad de cuevas hechas en la roca que tenían solo tres o cuatro escalones para ingresar.” (John 5:1–9)
“Juan el Bautista instruyó a los líderes religiosos que se acercaban a él para el bautismo a que hicieran «frutos dignos de arrepentimiento» (Mateo 3:8). Añadía: «Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego» (Mateo 3:10). Jesús advirtió de las mismas consecuencias y agregó: «Así que, por sus frutos los conoceréis» (Mateo 7:19–20). Pablo escribió a los cretenses que profesaban conocer a Dios, «pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra» (Tito 1:16). Santiago escribió que una fe que no esté acompañada de acciones está «muerta» (Santiago 2:17).” (John 15:3–11)