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El libro de los Salmos es toda una biblioteca, una verdadera antología, un himnario completísimo, un precioso libro de cánticos. Podría incluso verse como un auténtico álbum de fotos, lleno de imágenes que nos muestran una serie de lugares particulares en el marco de una genuina experiencia espiritual. Los Salmos, en su conjunto, cumplen el cometido de proporcionar contexto y desarrollo, con su correspondiente carga de dramatismo, a los muchos interrogantes que nos planteamos y que aquí también se plantean: los conflictos, las cargas, los misterios, los sufrimientos que el pueblo de Dios padeció y sigue padeciendo hoy día en medio de la aventura de la fe. Este libro, antología de cánticos para beneficio del pueblo de Dios, comienza y acaba con una nota engañosamente sencilla. En el primero de los Salmos, los buenos prosperan y los malvados perecen – y todo parece resolverse en la forma adecuada. El último de ellos marca, de hecho, la pauta a seguir: ‘Alabad al Señor’ – porque todo va a ir bien. Michael Wilcock se hace eco, en cambio, del lector que se cuestiona, perplejo, pero ¿eso es verdaderamente así?.
“Se avecinan grandes problemas, pero David reacciona en la forma debida volviéndose a Dios. En su experiencia, y sin duda también en la nuestra, el tiempo que se pasa con Dios en esas circunstancias es siempre provechoso. Y, en ocasiones, sucede que los problemas desaparecen; así, sin más. Hay otras ocasiones, en cambio, en las que persisten. Con todo, siempre van a encontrarse nuevas fuerzas y más clara visión para hacerles frente.” (Volume 1, Page 148)
“Desde el mismo comienzo de la formación de su pueblo hasta el momento decisivo y final de su redención, las Escrituras dejan bien claro que el propósito que Dios tiene, a largo plazo, para ese pueblo suyo es que sean bienaventurados, esto es, que sean genuinamente felices.” (Volume 1, Page 32)
“aclamad, servid, venid; entrad, agradeced, alabad – siete, si incluimos el ‘conoced’ del versículo” (Volume 2, Page 188)
“(‘Al amparo de la sombra de Tu trono habitan los santos en seguridad’” (Volume 2, Page 143)
“El tema que ocupa al salmista es la brevedad, no del tiempo como tal, sino de la vida humana, y no cabe duda de que tiene en mente la extraordinaria vitalidad de las gentes de la antigüedad tal como nos lo presenta Génesis 5, algunos de los cuales llegaron a alcanzar los 900 años de edad. ‘Incluso aquellos cuyo lapso de vida alcanzó casi el milenio… murieron al igual que todos los demás.’” (Volume 2, Page 138)