En esta obra tenemos la información necesaria para comprender la cosmovisión monoteísta judía. Vemos que la idea de Jesús como Dios era perfectamente reconciliable con esa cosmovisión, y que la cristología más temprana ya era la más elevada: Jesús es Dios. Tanto el Jesús exaltado, como el humano y crucificado pertenecen a la identidad única de Dios. Bauckham explica que esta visión tiene consecuencias importantes para la idea del Nuevo Testamento sobre Dios. La identidad divina de Jesús se encuentra tanto en su humillación, sufrimiento y muerte, como en su gloria celestial.
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Valoraciones de 3
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Jacmer Peralta
21/07/2019
Claudio Checo
28/09/2015