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Según un estudio llevado a cabo en los Estados Unidos por el Seminario Teológico Fuller, el ochenta por ciento de los pastores cree que el ministerio ha afectado negativamente a su familia. Y la conclusión extraída de otro estudio realizado por la Asociación Nacional de Evangélicos, es que una de las principales razones por la que muchos hombres y mujeres abandonan el ministerio es por el estrés que sufren sus cónyuges.
¿Qué lleva a un pastor a renunciar? ¿Qué circunstancia, o cúmulo de ellas, provoca que alguien cuelgue los guantes o tire la toalla, o como quiera que llamemos a ese acto de abandonar el arado en medio de un surco que se abrió con ilusión y hermosas expectativas? ¿Irresponsabilidad o más bien extenuación?
No confundas no persigue más –ni tampoco menos– que dos cosas necesarias: recordar que la adversidad puede ser el envoltorio de la gran oportunidad y transmitir claves esenciales que nos permitan ser útiles en el ministerio sin ser utilizados, servir sin ser serviles, alumbrar sin quemarnos, y brillar sin gastarnos.
José Luis Navajo nació en la ciudad de Madrid (España). Es pastor evangélico desde los 17 años y durante 34 años ha ejercido ese ministerio, los últimos 20 a tiempo completo. En la actualidad forma parte del cuerpo pastoral en la Iglesia Buen Pastor, en Madrid, a la vez que desarrolla un ministerio inter-eclesial mediante el que imparte conferencias y forma equipos pastorales en el ámbito nacional e internacional. Asimismo es profesor en el Seminario Bíblico de Fe y escritor, con dieciséis títulos publicados por diversos sellos editoriales.