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En las páginas de estos comentarios expositivos no se percibe solamente un gran conocimiento de la Biblia, sino un amor y un celo profundos por la Palabra de Dios y por el Dios de la Palabra. John MacArthur hace una valiosa contribución a la interpretación y aplicación del texto bíblico que se refleja en una exégesis cuidadosa, una gran familiaridad con el escritor inspirado y su contexto, así como en variadas explicaciones e ilustraciones prácticas. Representa un excelente recurso para la preparación de sermones, el estudio personal y la vida devocional.
“Después de referirse a la profecía del Antiguo Testamento acerca del precursor del Mesías, Marcos pasa a revelar de quién se trata: Juan el Bautista. El nombre Juan era común en Israel del siglo i. Significa ‘el Señor es misericordioso’ y es el equivalente griego del nombre hebreo ‘Johanán’” (Page 26)
“A pesar de todos sus logros religiosos, tenía en la mente un temor persistente de que aún carecía de salvación” (Page 415)
“En el Nuevo Testamento, el evangelio nunca es una referencia a un libro; más bien, siempre se refiere al mensaje de salvación. Ese es el significado que Marcos tenía aquí en mente. Su audiencia del siglo i habría entendido que la palabra ‘evangelio’ significaba ‘buenas noticias’ o ‘buenas nuevas’ de salvación.” (Page 20)
“El bautismo de Juan era una señal de arrepentimiento, diseñado para pecadores como una declaración de que habían abandonado sus malos caminos y se habían vuelto hacia Dios. Pero Jesús era el inmaculado Hijo de Dios. ¿Por qué debía bautizarse?” (Page 35)
“Los pecadores no perdonados serán castigados por la ira divina. Por otra parte, en su misericordia, Dios encuentra gloria en ofrecer a todos el perdón y la absolución del pecado por medio del evangelio.” (Page 89)