Cuando los pastores lloran: Cómo hallar lágrimas de gozo para pastores heridos
Overview
El propósito de este libro es ayudar a los pastores a recuperar su perspectiva espiritual en las pruebas del ministerio, y que comprendan cómo Dios usa el sufrimiento para desarrollar al pastor y la iglesia. Este libro será de gran ayuda para ofrecer consuelo y aliento a pastores heridos.
Top Highlights
“Por lo tanto, cuando surgen problemas en el ministerio, lo atribuimos a nuestros fracasos personales y, al hacerlo, anulamos tanto nuestra justificación como la obra santificadora del Espíritu Santo. Se nos olvida que Dios está más preocupado por lo que está haciendo en nosotros que lo que está haciendo a través de nosotros. Para que Dios produzca el crecimiento en nosotros, a menudo nos llevará a través de experiencias dolorosas para moldearnos y moldearnos a la imagen de Cristo.” (source)
“Es mejor hacer algunas cosas bien que intentar hacer varias cosas al azar” (source)
“Isaías primero respondió al llamado de Dios con entusiasmo gritando: ‘¡Aquí estoy yo! ¡Envíame!’ (6:8). Pero cuando Dios le advirtió que la gente respondería con indiferencia, su entusiasmo se convirtió en desesperación cuando gritó: ‘Señor, ¿cuánto tiempo?’ (V. 11). Al igual que nosotros, Isaías esperaba que su ministerio lograra un gran avivamiento. Pero Dios le recordó que el propósito del ministerio no siempre es lograr grandes resultados, sino lograr el propósito de Dios en la proclamación de la verdad. Ese propósito puede realizarse en el avivamiento de las personas (como en el caso de Jonás), o puede encontrarse en la afirmación de la justicia del juicio de Dios sobre un pueblo rebelde (como fue el caso en Ezequiel 2:3–5).” (source)
“Como resultado del conflicto, comenzamos a comprometer nuestro mensaje. Nadie disfruta el conflicto. Pero cuanto más dejemos los desacuerdos y las hostilidades sin resolver, más trataremos de evitarlos. El resultado final es que comenzamos a evitar temas y problemas que pueden hacer que las personas reaccionen. Evitamos cuestiones culturalmente controvertidas a pesar de que las Escrituras claramente enseñan sobre ellas. Predicamos para apaciguar en lugar de transformar. En lugar de predicar para desafiar a las personas a vivir en obediencia a Cristo, predicamos para hacer felices a las personas y sentirse bien consigo mismas.” (source)