Edición digital Logos
Levítico ofrece buenas nuevas. Buenas nuevas para pecadores que buscan perdón, para sacerdotes que necesitan investirse de poder, para mujeres vulnerables, para los inmundos que desean ser limpiados, para los pobres que anhelan la libertad, para los marginados que buscan dignidad, para las familias que necesitan ser fortalecidas, para las comunidades que quieren ser fortificadas y para la creación que necesita ser cuidada. A pesar de que el mensaje de Levítico es positivo, a mucha gente le cuesta adentrarse en este libro, llegando a pasarlo por alto en muchas ocasiones. Analizando Levítico dentro de todo el contexto bíblico, descubrimos que sirve de bosquejo preliminar para la obra maestra que se desvelaría con Cristo. Este libro no solo establece una base para el evangelio, sino que también lo hace para la manera cristiana de vivir. El Nuevo Testamento ofrece las indicaciones para guiar la vida moral y espiritual basándose en los principios de este libro tantas veces olvidado. Sin Levítico nuestra experiencia cristiana sería como una casa sin cimientos.
“La gracia de Dios deseaba restaurarles, pero eso no significaba que podía quitarle importancia al pecado como si no tuviera consecuencias. La única forma de volver era a través del camino de la autohumillación, en el que reevaluarían lo que pensaban de sí mismos y de Dios. Tendrían que volver a ser siervos de Dios y no esperar que Dios les sirviera a ellos.” (Page 408)
“Detrás de estas órdenes está el deseo de Dios de tener comunión con su pueblo.” (Page 47)
“El fuego habla primordialmente de la presencia de Dios entre su pueblo.” (Page 126)
“Muestran lo que Dios ordena y lo que Dios desea. Era la tercera vez que Dios llamaba a Moisés. Dios había llamado a Moisés desde una zarza ardiendo en un desierto para encomendarle la misión de sacar a Israel de Egipto.2 Lo había llamado en lo alto del Monte Sinaí para anunciar su pacto con Israel.3 Ahora Dios lo llamaba para revelar más sobre cómo debía vivir el pueblo de Israel, en la totalidad de su vida cotidiana, para seguir disfrutando de la comunión con Él.” (Pages 46–47)
“Las actitudes contemporáneas de indiferencia contrastan con las actitudes tempranas de los judíos hacia Levítico. Ellos lo tenían en tan alta estima que se puso como el primer libro de la Torá, el cual enseñaban a sus hijos en la escuela. Tomaban el libro del Levítico como punto de partida al inculcar las normas y valores necesarios para la vida diaria.” (Page 21)