Edición digital Logos
Génesis es el libro de los comienzos, construye el escenario para el resto de la Biblia y habla a la raza humana. Anticipa las cuestiones más básicas que cualquiera pueda formularse sobre los orígenes del universo y de la vida. Este libro, pone de manifiesto que personas comunes como los patriarcas, que a pesar de su fe también cometieron errores, fueron elegidos como destinatarios de un cuidado especial por parte de Dios. Pero no se trata de un caso de “favoritismo”, sino que Abraham, Isaac y los demás patriarcas, fueron elegidos para ser un ejemplo a las naciones, para mostrarles lo que Dios puede hacer, y para ser el instrumento mediante el cual Dios lleva a cabo su intención, ofrecer a toda la humanidad un plan de salvación. Todo esto formó parte del proceso de formación de Dios, destinado a crear el tipo de hombres y mujeres a través de los cuales pudiera revelar sus caminos, y también plasmar en sus vidas los principios según los que quería que vivieran todos los seres humanos. Mientras escribía este libro, la autora tenía la esperanza y oraba, para que Génesis nos hablase realmente. Esperamos que está sea una realidad y que este libro nos impacte.
“A partir de ese momento, fue un hombre cambiado. Le había parecido que Esaú era su adversario más temible, mientras que ahora entendía que su propia consciencia le convertía en cobarde, y que aquel que había estado persiguiéndole como un cazador a su presa había sido Dios. Una vez estuvo en paz con Él, podía afrontar el futuro. ¿Acaso no estaba de su parte el ejército de Dios (32:1)?” (Page 180)
“Los moabitas adoraban a un dios de la fertilidad y participaban en orgías que cautivaron a los israelitas cuando iban de camino hacia la Tierra Prometida (Nm. 25). Amón era conocido por su crueldad, no sólo en la guerra (Am. 1:13), sino también en la observancia religiosa (Lv. 18:21), porque Moloc era el Dios amonita que exigía sacrificios de niños.” (Page 107)
“Este compromiso solemne se firmó pasando entre las partes de la víctima del sacrificio, y a aquellos que faltasen a su palabra el Señor haría con ellos como el becerro que cortaron por la mitad y entre cuyos pedazos pasaron luego. En otras palabras, que a la persona que transgrediera un pacto le aguardaba la muerte.” (Pages 74–75)
“El hecho de que durante siete años Jacob disfrutara de la compañía de Raquel sin poder hacerla su esposa indica un afecto genuino, así como respeto e interés por ella. Probablemente, la muchacha no tendría más de diez o doce años la primera vez que la vio.” (Page 161)
“A pesar de todo, la bendición no le eximió de problemas y pruebas” (Page 217)