Edición digital Logos
Una visión general de la enseñanza bíblica acerca de la oración y la adoración lleva a consideraciones prácticas para cultivar la intimidad con Cristo en cada aspecto de la vida, desde la oración personal y privada a la celebración colectiva. Los estudiantes descubrirán las alegrías y los beneficios de una vida de oración dinámica, y adquirirá una apreciación fresca por las muchas formas en las que el Espíritu Santo hace que la oración y la adoración tengan sentido y sean poderosas. Un examen a algunos de los desafíos de la oración, tal como aprender a escuchar la voz de Dios, el problema de la oración sin contestar, y qué hacer cuando parece que Dios no está hablando, es seguido por recomendaciones prácticas para entender y llegar a ser oradores guerreros más eficientes y fervientes.
“La oración es la avenida central que Dios usa para transformarnos, porque la intimidad es un foco de luz que expone nuestro verdadero yo. Cuando oramos, Dios en su misericordia revela nuestros defectos humanos, y nos libera de ellos (si no tenemos real deseo de cambiar, rápidamente abandonaremos la oración en nuestra vida). Al dedicarnos a la oración, le damos tiempo y espacio a Dios para atraernos cerca de sí mismo y hacernos crecer a la semejanza de Jesús.” (Page 18)
“Con esas palabras Él resumió lo que Dios más desea de nosotros. Nuestro más preciado don a Dios, el que Dios nunca puede forzar, es el amor. La oración es el vehículo principal con el cual nosotros expresamos ese amor y crecemos en nuestra relación de amor con Él.” (Pages 15–16)
“La palabra adoración procede del latín y significa dar un homenaje con la boca a algo o a alguien. Adorar a alguien o algo es crear una expresión de honor o atribuir valor al objeto de adoración. Así que cuando reconocemos el valor infinito de Dios en nuestro corazón, levantamos nuestra alma a Él en alabanza y ofrecemos nuestro cuerpo a Él como sacrificio vivo.” (Page 173)
“Latreia, por otro lado, quiere decir servir o ministrar, y tiene connotaciones sacerdotales” (Page 173)
“Esta es la esencia de la adoración: Dios se revela a sí mismo a nosotros, y nosotros le respondemos a Él. En el proceso, somos transformados.” (Page 173)
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Alejandro Moncada
12/11/2017
Dr. Samuel Figueroa
18/05/2017